Ex Umbra in Solem

Es ya bastante difícil cuando nos enfrentamos a una lectura de Europa y el mundo occidental el no hallar por dondequiera la noción de una crisis estructural. Si es cierto que la economía y la ideología neo-liberal ha ya agotado la formula de Estado Social que existía dentro de las naciones europeas durante el Siglo XX es cierto también que se debe no solo al poder del Mercado y de la idiosincracia de que el proceso de unificación europea podía darse mediante el sacrificio contante del mundo latino, rindiendo pleitesía hacia la cultura germana y sajona y perdiendo cualquier tipo de proyecto diferenciado.

Hoy cuando Berlín mantiene un puño de acero sobre toda Europa del Sur, hoy que vemos la aparición de pobres dentro de los PIGS, hoy que vemos la falta de ilusión por parte de la juventud nos preguntamos ¿que futuro queda? sin pensar ¿que camino debemos recorrer hoy?.

Constantemente la corrupción se apodera de las Instituciones y se nos muestra desde la Jefatura del Estado pasando por el Parlamento y los gobiernos autonómicos la enfermedad que causa la avaricia del poder. 

 Hoy cuando mas falta hace un líder dentro de las naciones occidentales ha parecido un hombre el cual sin duda merece, no ya solo por la posición que tiene institucional y espiritual sino por su biografía, una atención y un clamo por parte de nosotros para que nuestras sociedades puedan rectificar el camino.

Francisco I sin duda se enfrenta a un mundo sumamente complicado. Un mundo donde la formula del Concilio II se encuentra agotada y donde cada vez se pierde as dentro del viejo continente la vocación espiritual.

Francisco de Vitoria cuando tuvo oportunidad se enfrento al hombre mas poderoso de la Tierra, Carlos V, y abogo por los derechos de los indígenas:

"Señor, Usted no tiene derecho a deshonrar a los Señores de otros pueblos que no le han deshonrado a Usted" 

de la misma manera hoy Francisco I se ve en la obligación de levantar la voz contra Berlin y clamar contra Merkel y la Troika:

" Señores, Ustedes no tienen derecho a condenar a los Señores de otros pueblos"

Sin duda su ministerio no incluye solo Europa sino America Latina por supuesto donde las revoluciones sociales se suceden a diario. Donde desde el centro hasta el sur encontramos distintos proyectos progresistas con todas las tonalidades de rojo y azul y donde por supuesto mantiene una rival como un hueso duro de roer mientras que en Asia se asoma un  incremento de fieles y finalmente en todo el Norte de Africa y Medio Oriente una ola de violencia y desprestigio social a las instituciones civiles y extranjeras. 

Después de la renuncia de Benedicto XVI lo que nos queda ahora es la necesidad de la comunidad católica de un papado digno la herencia de Juan XXIII y de Juan Pablo I para una reforma estructural del pensamiento y la acción política del Vaticano para salvar a la Iglesia de la decadencia en la que se encuentra inmersa dentro y fuera de Europa.

Sin mas no me gustaría terminar esta entrada sin desear suerte al nuevo Pontífice y esperar lo mejor para el y para nosotros en el futuro.   

Un mundo sin Europa

Europa vive actualmente un proceso de decadencia que se hace latente en la putrefacción de cada uno de los elementos de su cuerpo. Lo que era la punta de lanza del progreso hoy no queda nada.

Y es que no es solo los elementos de falta de un liderazgo claro en la izquierda europea para poder enfrentarse a los poderes de la Troika sino incluso la falta de una fuerza liberal en los países del Sur para defender a sus sociedades frente a la precariedad hace insostenible ya el sistema. Haciendo que los europeos sean ofrecidos al mercado en una mala puesta en escena del Sacrificio de Abraham.

Lo que ha sucedido en Chipre, aunque mucho euroescépticos traten de señalar que la política adoptada fue impensable, es la muestra de la poca imaginación que tienen estos y en como, sin embargo, forman parte de esa maquinaria en la que su proyecto no ofrece una solución revolucionaria dentro del marco institucional sino que todo lo contrario, ofrece una vuelta al modelo neoliberal de los años ochenta y por lo tanto fuera de toda razón.

Pensemos por un momento que lo importante en todo lo sucedido en Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, España y Chipre no es que ha puesto en duda la legitimidad de Europa dentro de Europa sino que ha dado una ventana de oportunidad para que los países emergentes, los ya llamados BRICS pudieran poner en duda las posibilidades de Bruselas, Paris y Berlin de resolver la cuestión del euro, es decir lograron de una manera mas que eficaz poner en duda la legitimidad y la hegemonía de Europa dentro de Europa fuera de Europa. 

Antonio Gramsci sostenía que el problema de cuando el viejo mundo esta muriendo y el nuevo tarda en aparecer lo que surge son los monstruos. Y dentro de la lectura de la izquierda internacional tendría que ver el hundimiento del Sur ya no como el proceso normal dentro de la lógica del capitalismo donde la explotación de una zona es necesaria para poder conseguir una plusvalía sino como un síntoma de la inexistencia de una izquierda saludable que logre contenerlos. Y es que los chipriotas tuvieron  que acudir a Moscú en un momento de amnesia institucional ya que ninguna de las agrupaciones de izquierda dentro de Europa podían tender una mano.

La deslegitimación de las instituciones occidentales por parte de los occidentales abre no solo la ventana de oportunidad por parte de los países emergentes en el Sur de America y de Asía para hacerse con el poder y dar un golpe de timón en la historia sino que abre, y esto es lo mas importante, lo que la URSS inicio y no logro culminar y es ofrecer dentro del discurso liberal las contradicciones necesarias para una revolución social. 

Si las revoluciones institucionales dentro America Latina abrieron una nueva etapa y lograron conglomerar a los progresistas en todo el mundo ahora la revolución institucional ofrecida por los BRICS es sin duda un balón de oxígeno para la izquierda y un foco de alerta para los poderes hegemónicos ya que son los únicos que ofrecen una opción seria y real ante el FMI, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal.